Quiero un cambio… pero no lo consigo

Te gustaría trabajar relajado, hacer deporte o comer sano, adquirir cualquier otro hábito beneficioso o eliminar alguno que te perjudica, pero siempre se queda en una idea.

Creo que no me equivoco si afirmo que lo comentas a menudo con los tuyos, para ponerle nombre a tus retos y sentirte motivada.

Aun así, no logras empezar de verdad, porque te parece como subir una montaña, supone un esfuerzo y cuando se acaba tu día laboral, el sofá y Netflix siempre ganan.

Te explico en este vídeo como conseguirlo. También puedes seguir leyendo el articulo debajo.

Creo que no me equivoco si afirmo que lo comentas a menudo con los tuyos, para ponerle nombre a tus retos y sentirte motivada.

Aun así, no logras empezar de verdad, porque te parece como subir una montaña, supone un esfuerzo y cuando se acaba tu día laboral, el sofá y Netflix siempre ganan.

Te explico en este vídeo como conseguirlo. También puedes seguir leyendo el articulo debajo.

¿Sabías que el cerebro no diferencia entre “no quiero comer chocolate” y “quiero comer chocolate”?

Es más, reaccionamos igual que los niños.

Es decir que, cuando nos planteamos dejar de comer chocolate –y esto es aplicable a cualquier otro hábito que deseemos cambiar–, la única cosa que nos viene repetidamente a la cabeza es, precisamente, comer chocolate (o ese hábito).

Cuando te plantees alcanzar un objetivo, debes hacerlo en positivo.

Para dejar el chocolate, tu objetivo debería ser algo como “quiero conseguir una vida sana”.

Después, es importante definir lo que es para ti una vida sana. Un objetivo demasiado amplio o exigente no es alcanzable.

Si una vida sana para ti es no comer dulce nunca el resto de tu vida, seguramente el objetivo es muy ambicioso para alcanzarlo. Una cosa es que te diga tu médico que te puedes morir si comes dulce y la otra es que quieras reducir tú su consumo.

En una sesión de coaching, te ayudo a definir tu objetivo para que sea positivo, alcanzable, medible, razonable y con etapas y tiempo definidos para alcanzarlo.

Si sales de casa y no sabes exactamente a dónde vas, nunca podrás llegar. Lo mismo ocurre con los cambios que te propones en tu vida. Es necesario ponerles dirección, enfoque y precisión. Y plantearlos con mucho cariño hacia ti mism@.

Definir un objetivo amable, que te entusiasme y te motive es clave. La tendencia al “machaque” ya la tenemos de nacimiento.

Según Claudio Naranjo, eminente psiquiatra y terapeuta Gestalt, todos padecemos “la herida de amor”: a menudo, pensamos que no somos ni hacemos suficiente, y necesitamos recordarnos, constantemente, que valemos mucho.

Por otra parte, es sabido que lo que nos emociona no se olvida.

Por lo tanto, definir un objetivo motivador, asequible y que te emocione, te permitirá alcanzarlo.

¿Cómo fijar un objetivo?

Según la neurociencia muchos de nuestros recuerdos están falsamente reconstruidos, por lo tanto, es necesario definir claramente el camino hacia el objetivo a conseguir y consignarlo por escrito.

Además, establecer evidencias nos permitirá constatar lo hemos alcanzado: por ejemplo “que el carro de compra sea 100% salado” o “comer un máximo de 50 gr de chocolate los domingos”…

El objetivo siempre debe depender solo de ti. Conseguir que tu madre no te lleve dulce a casa, por ejemplo, pone el peso del éxito en otras manos que no son las tuyas.

También, hay que pensar si impacta la vida de tu familia. Es decir, si quieres cambiar de dieta y sois cuatro en tu casa, hay que ver si es factible para todos.

Venga, anímate a quererte un poco más desde ahora mismo. Reserva una primera sesión de coaching gratuita conmigo aquí para empezar ya con el cambio que quieres lograr en tu vida.